Cirio Pascual
El significado más importante del cirio pascual es recordarnos la victoria sobre la muerte de Jesucristo a través de la resurrección. Por eso se encuentra situado en esta capilla, junto al icono de la tumba vacía. Es encendido siempre que se abre la Iglesia, de este modo recuerda que Jesús vive y esta en medio de nosotros.
La resurrección de Cristo es simbolizada por la luz, por el fuego nuevo, que ahuyenta las tinieblas de la muerte y resucita victorioso. La luz, elemento natural, se convierte en símbolo de vida, felicidad, alegría y esperanza.
Entonces, iluminar la noche con el cirio pascual es representar la victoria de Cristo sobre la muerte, y estar envueltos en la luz de Cristo que nos llena de gozo y esperanza.
Jesús ya no yace en el sepulcro, como demuestra el icono. Él es la luz del mundo, el vencedor de la muerte que nos ha obtenido la salvación. Y así como Cristo es luz del mundo, todos los cristianos estamos llamados también a serlo, con la luz de Cristo, a disipar la oscuridad de nuestro corazón y llenarnos de ella, pues sólo esta luz puede iluminarnos y guiarnos por el camino verdadero que nos lleva a la vida, sólo la luz de Cristo puede eliminar nuestra oscuridad interior y hacernos llevar una vida de acuerdo a nuestro ser como cristianos.
El ritual de la bendición se realiza en las parroquias cada año en la Vigilia Pascual, la noche del Sábado Santo, "la madre de todas las santas Vigilias" (san Agustín).
Su nombre proviene de la palabra hebra "pasach", usada para referirse a la fiesta de la Pascua Judía.
El ritual de la bendición y encendido del cirio comienza con los fieles, cada uno con una vela, reunidos en torno a una hoguera o Fuego Santo. La iglesia está a oscuras como representación de la oscuridad que reinaba en el sepulcro dónde estaba el cuerpo de Cristo después de haber sido crucificado.
Después de bendecir el fuego, se marcan unas señales en el cirio: una cruz, las letras "Alfa" y "Omega".
La cruz es tradicionalmente el símbolo de Jesús. En un cirio de Pascua representa a Cristo y la luz eterna que nos da a todos nosotros, sirviéndonos de guía en las penumbras.
La letra griega alfa (ubicada en la parte superior del Cirio) y la letra omega (ubicada en la parte inferior del Cirio), son, respectivamente, primera letra y la última del alfabeto griego. En un cirio pascual representan que Cristo es el comienzo y el fin de todas las cosas. También nos recuerdan que la palabra de Dios es eterna (Apocalipsis 1:08: "Yo soy el Alfa y el Omega, dice el Señor, quien es, quien fue y quien ha de venir, el Todopoderoso"). Además nos hablan de que ahora y siempre Cristo está vivo en su Iglesia, y le da fuerza para afrontar una año más.
La llama del cirio pascual, como representación de la resurrección de Cristo, es utilizada para encender las velas de todos los fieles. Una vez realizado este acto se coloca el cirio de Pascua en el presbiterio. Su luz presidirá la ceremonia litúrgica de la Vigilia Pascual, donde todos proclamaran la victoria de Cristo sobre la muerte con su resurrección.
El cirio pascual es encendido todos los días hasta el día de la Ascensión. También se enciende durante bautismos, como signo de la promesa de Juan el Bautista del Espíritu Santo a los bautizados en Cristo.